En uno de los antiguos refugios que quedaron a causa del cometa Diamond en el cuarto continente, se encontraban los cuarteles de los darcanos quienes estaban prontos para partir y comenzar lo que sería la guerra más grande del planeta contra los C2:
-Teniente Harrison: Señor, hemos terminado con los preparativos, el ejército está pronto, son 200 mil hombres a su disposición.
-William: Bien. Hoy a la noche invadiremos la zona norte de este continente y, mi amigo, si llegamos a triunfar, nadie nos detendrá, ya que el General Beck viene con otro ejército de 120 mil hombres que nos apoyarán para conquistar el resto del continente.
-Teniente Harrison: Si señor, esperemos que todo triunfe a la perfección.
-William: Así lo creo, y así debería ser. Lo justo es que nosotros triunfemos en esta guerra, si nosotros quedamos al mando el mundo cambiará, no existirá más la pobreza ni la desigualdad, será un mundo perfecto y se lo aseguro, cuando yo muera, mi hijo que ahora tan sólo es un joven será el que se encargará de seguir con lo que será el nuevo mundo.
-Teniente Harrison: Usted sabe que yo le tengo mucho respeto y sus planes me parecen lo mejor para la humanidad, pero su hijo es un chico muy complicado quien nunca demostró interés por todo esto.
-William: Escucha Harry (refiriéndose a Harrison) con el debido respeto que tú también me mereces, no seas iluso, piensa que apenas es un chico de 19 años, es la típica etapa del desinterés, ya se le pasará y comenzará a entender lo que es este mundo y cuál será su labor en él... Sé que por su personalidad rebelde es imposible que él demuestre interés en este momento, pero igualmente tendrá la capacidad de continuar gobernando a los darcanos, se lo aseguro.
-Teniente Harrison: Lo entiendo señor, esperemos que así sea y cuento con su palabra.
-William: Muy bien teniente, ya es hora de partir, invadiremos en el puente Käajil de la zona norte con los 200 mil hombres.
-Teniente Harrison: Si señor.
El cuartel era un lugar lúgubre, muy oscuro con apenas algunas luces de sodio en alguna esquina que iluminaban de manera tenue y amarillenta, dando un aspecto muy deprimente al lugar.
Era una noche oscura y de luna llena en la que los soldados estaban esperando la orden de William, y partir a lo que sería la batalla más grande de la era y en caso de que la pierdan sería la última para ellos... Pero ya estaba todo dicho, la guerra era la única manera de construir un mundo mejor, un mundo en el que no habría ricos y pobres, un mundo en el que serían todos iguales, un mundo ideal.
William sale del cuartel, los soldados se ponen derechos y en fila, todos con su uniforme oscuro.
Entre los soldados se encontraban los efectivos John Morgan y Bruce Been, los cuáles también eran darcanos y fieles seguidores de William. Eran amigos de niños y se criaron en la misma zona, por eso se tenían un afecto especial y prácticamente eran como hermanos.
Antes de que William pase al frente, Bruce se acerca y le dice:
-Bruce: Señor, lucharemos hasta la muerte junto a usted y le aseguro que si no triunfamos, no estaremos arrepentidos de esto (refiriéndose también a John). Ha sido un verdadero honor luchar a su lado.
William mira hacia el costado y se acerca, pone la mano sobre su hombro y le dice:
-William: Agradezco que tengan esa fé en mi, les aseguro que no los defraudaré. Y por favor Bruce, puedes llamarme William.
-Bruce: Si señor!... digo... William.
-William: Así está mejor... como en los viejos tiempos -sonríe un poco aunque no mucho debido a la situación-
-Bruce: Si, como en los viejos tiempos... -mirando hacia el frente con cara nostálgica-
William avanza y su cara vuelve a estar seria, pensativo, recordando su infancia, su esposa, su hijo, y que esta era la última vez que podría volver a verlos, pero igualmente él avanzaba en su camino porque sabía que era lo correcto, por lo menos para él, y para sus hombres que tanta fé le tenían, ya era muy tarde para retroceder, y él lo sabía.
William da la orden:
-Señores!, nos dirigimos hacia el puente Käajil, ahí atacaremos las bases de los C2. Es la zona más desierta del planeta y es la que nosotros conquistaremos. Si triunfamos en esta batalla, cuando lleguen los 120 mil hombres de Beck ya será nuestra victoria, y por fin el cuarto continente será nuestro!
Y todos los soldados gritan fervientemente su nombre:
-William!, William!, William!... en una manera de alentar a William y también a ellos mismos, llenarse de valor y así comenzar a partir hacia las bases de los C2.
Las tropas comienzan a partir, a la cabeza del batallón de los 200 mil hombres iba William, a su costado el teniente Harrison, y entre las primeras filas se encontraban John y Bruce, quienes estaban decididos a dar su vida por los darcanos y por un nuevo mundo.
Luego de una caminata de varias horas, William le pregunta a Harrison:
-William: ¿A cuánto estamos de las bases de los C2?
-Teniente Harrison: Estamos a una hora, señor.
-William: Esta caminata se vuelve enfermiza, parece un viaje de campo (bromeando)
-Teniente Harrison: Yo le dije que tendríamos que dividir la unidad en vehículos y usted me dijo que quería sigilo, pero si ponemos motores silenciosos ya sabe qu... (William le corta la oración a Harrison)
-William: Oye!... sentiste eso?
-Teniente Harrison: ¿Qué cosa señor?
-William: Puedo sentir fuertes brisas... como si los C2 estuviesen entrenando..
-Teniente Harrison: Pero señor, eso es imposible, aún nos falta una hora de camino..
-William: No lo creo, mira hacia el horizonte..
El teniente mira con mucha incertidumbre y de repente puede notar instalaciones de campamentos y hombres afuera en un duelo de ráfagas.
Los duelos de ráfagas consisten en que dos hombres se paren a aproximadamente 20 metros de distancia y se lancen ráfagas de energía, la que sigue debe ser mayor que la anterior, ese entrenamiento sirve para medir el nivel de resistencia que tienen los soldados. Deben permanecer quietos y sin defensa cuando reciben la ráfaga y aguantar la caída para poder seguir con su turno.
William le dice a los soldados que paren y se pone a observar sigilosamente:
-William: Parece que son soldados C2 y no muy bien preparados...
-Teniente Harrison: En efecto señor, nos acabamos de encontrar con un campamento de aprendices, según mi aparato de registro sus ráfagas de energía están por debajo de los 10.000 kilómetros por hora, sin duda son aprendices en un campamento de supervivencia.
-William: Mmm... ya veo... tan sólo son aprendices..
-Qué piensa señor?- preguntó Harrison
-William: Es que me recuerdan a mi cuando era joven.. pero no podemos evitarlos.
-Teniente Harrison: Parece que tendremos un calentamiento (haciendo señas al ejército para que se acerquen)
-William: No! (con determinación)
-Teniente Harrison: ¿Pero que ocurre señor?, será un buen calentamiento antes de invadir las bases...
-William: Por Dios Harry… te convendría usar la experiencia que tienes para algo... (suspirando)
-Teniente Harrison: ¿De qué habla señor?...
-William: Piensa Harry... tan sólo piensa... tú mismo bien dijiste que esos sujetos son aprendices, recién comienzan a dominar la zec (energía vital), su máximo alcance es de apenas unos miles de kilómetros por hora... entiendes?
-Teniente Harrison: (con cara de razonamiento) ahh... claro... pero a qué va eso?
-William: Muy simple Harry... ¿te parece que usemos 200 mil hombres para atacar un campamento que debe tener como máximo 500 hombres y de mínima experiencia?... sin nombrar que podría haber mucho alboroto y las bases militares que están más adelante se enterarían y arruinaría todo el plan... recuerda que debemos atacar con sigilo y sólo así dominaremos el cuarto hemisferio.
-Teniente Harrison: Lamento mi torpeza señor, pero está seguro que quiere ensuciarse las manos antes de tiempo?, si quiere yo me ocupo de ellos...
-William: No te preocupes Harry, yo me ocuparé.
-Teniente Harrison: Muy bien señor, le deseo suerte, aunque no la necesitará..
-William: Así es Harry, así es...
William comienza a avanzar lentamente paso a paso, los C2 no tenían idea de lo que les esperaba, lucharían contra la máxima autoridad de los darcanos.. a quienes ni siquiera conocían...
Continuará...
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